Situaciones de mierda: ganas de cagar justo después de ducharte.

Estas limpito, mas limpio que nunca, en tu ojete se podría hacer la merienda de un niño pequeño, podrías untar mayonesa y seguiría sabiendo a mayonesa, acabas de salir de la ducha, y te estas secando.

De repente un ronroneo cual gato contento pasa por tus intestinos. “Será un pedete”. Pero sabes que no, el pedo después de la ducha nunca viene solo, es contranatura, el pedo viene con sus amigos grandes.

No te queda otra, tienes que abrir la fábrica de muñecos, sentarte en el lavabo y claudicar. Pero aquí viene la gran duda: “¿me vuelvo a duchar”? He aquí la respuesta que estáis esperando: ¡rotundamente sí! No hay mejor sensación que un ojete limpio, así que hay que empezar el ciclo de nuevo, sin dudarlo.