Estábamos en el club de campo debatiendo huevos (pedazo de
mierda de chiste) sobre el estado de la nación, cuando una de las amigas
presentes dijo que tenía un conocido lejano, que llegó una vez borracho a su
casa. Varios de los presentes mostraron su consternación:
“No puede ser” dijo la razón.
“Es imposible”, dijo la misión.
“Cómeme los huevos” dijo un borracho.
Bueno, a lo que íbamos. Después de la sorpresa inicial de
los presentes, dicha chica prosiguió con la historia de su conocido, acabando éste
tumbado en la cama, mientras todo daba vueltas. Entonces recordé el caso de
otro amigo que una vez llegó borracho a casa, y me comentó que había una
sencilla técnica para que el Dragon Khan en el que se ha convertido tu habitación
se pare en seco. La técnica se llama “el freno de mano”. Y sí amigos, es mas útil
que la técnica automovilística mas utilizada de la historia, la marcha atrás. Poner
el freno de mano es muy fácil. Solo tienes que posar tu pie desnudo
directamente sobre el suelo de la habitación mientras estas tumbado en tu cama,
el mundo se para, tan sencillo como eso. Es poner el freno de mano, y alehop,
puedes incluso levantarte y… ¡sí!, incluso seguir bebiendo como una monja en nochebuena.
De nada, ahora ya podréis iros de fieshta, que nunca más habrá ningún problema, al menos cuando os metáis en la cama, claro.