Truco o trato en Cinesa

La última visita a la fiesta del cine, nos tenía reservada una sorpresa, nos regalaron un vale con el que podríamos comprar una entrada a 4,90 durante los próximos 15 días. Mira tu que bien, voy a ir mas al cine en una semana que en el último año.
Bueno, llegamos a la taquilla, y pedimos las entradicas de turno:
-Buenas, dos entradas para Condemor, el Pecador de la pradera.
Ojo, que aquí viene el truco:
-Perdona, para poder utilizar este vale, necesito que me enseñes la entrada con la que te lo dimos
-¿Comor?
-Sí, lo pone en las bases de la promoción, ¿ves? Pone en la entrada que las bases están en nuestra página web.
A claro, las típicas bases de una promoción para ir al cine que me leo siempre para que no me la metan doblada.
Y aquí viene el trato:
-Pues mira, no queremos las entradas.
Toma trato de la ostia.
Después, hablamos con un encargado; nos dice exactamente eso, que en las bases de su página web pone que es imprescindible mostrar el recibo de esos vales, en este caso las entradas. Después de consultarlo desde el móvil, es correcto, es lo que pone en su web.
Partiendo de la base de que sí, de que tienen razón, uy, lo pone en las bases... menuda cafrada, gilipollez y ganas de mosquear al personal. Si tengo el puto vale, ¿que mas te da que yo tenga el recibo? No me dedico a imprimir vales para ir al cine en casa; ¿que mas da si se lo doy a mi gato para que vaya él al cine a ver la última de Gardfield?
¿A ver si lo que quieren, es que, como ya estoy ahí, compre mi asiento al precio normal? No puede ser, seguro que no son mala gente... ellos lo que quieren es que la gente vaya al cine, ¿no? Pues mira, seguramente un porcentaje alto de la gente lo haga, “como ya estamos aquí, la vemos” que hasta eso lo tenéis estudiado, truhanes. Pues mira, no cuela, Cinesa, me piro a mi casa a ver “Vacaciones en el infierno”, con Mel Gibson, que la echan en Cuatro. Por cierto, menudo truñaco.

Gente de Cinesa, os habéis adelantado a Halloween, con vuestro truco o trato.

La parrandaca del cine

La parrandaca del cine

La gente no va al cine porque sube el IVA, dijo el señor de las salas de cine… la gente no va al cine porque las películas son una mierda, dijo el ministro… sois los dos retrasados mentales, les digo yo; la gente no va al cine porque es más caro que la farlopa.
Así es amigos, sorpresa sorpresa, Isabel Gemio entra a vuestra habitación por la puerta grande, quien lo podría pensar, que vengan losIlluminati y se os lleven: con las entradas a 2’90 €, la gente entra al cine hasta para ver Zipi y Zape contra Voldemor (el retorno).
Gustazo de poder volver al cine y no tener que tirarte toda la semana hirviendo arroz para alimentarte por haber pagado la entrada. El cine es un entretenimiento de putísima madre, y nos lo están jodiendo. Esta clarísimo, la gente tiene muchas ganas de ir al cine, pero a precios decentes. Solo tenéis que echar cuentas… a ver… con entradas a 9 euros, 4 personas en la sala… con entradas a 3 euros… ostia nene, tenemos la sala a reventar, ayúdame a contar dinero que yo solo no se contar hasta tanto. Todo esto lo he pensado yo solito, ¿en serio ninguno de los que manejan el cotarro, se lo ha planteado? Es de ser, como mínimo, un poco cortos.

Por último, una reflexión: a ver, si ir a ver una película cuesta lo mismo que comprármela en DVD… pues... Interneeee...; así, ni pa ti ni pa mi. 

Il criticone di merda: ¡Que me aspen! (de Joaquín Reyes)

Ya aviso, voy a poner spoilers sobre la funcion, porque estoy muy mosca con, en mi opinión, la putisima mierda de espectáculo que vimos. Intentaré no soltar toda la bilis que tengo dentro, porque como lo haga, me largan de Internet.
Cada vez que Joaquín Reyes (bueno, al menos las dos últimas veces) se pasa por Barcelona, hacemos un peregrinaje hacia el teatro para ir a verlo. Nos encanta, nos hemos pateado todos sus monólogos por Internet, lo teníamos en un pedestal; el tío con mas gracia de por aquí, seguro. Cenita, whisquito, birra, y al teatro. En la puerta, un run run “Parece que Joaquín aun no ha llegado” “jaja, seguro que esta de parranda, o le pica la nariz”. Bueno, ya sí, vamos para adentro.
Básicamente, el monólogo dura 10 minutos. Punto. Es lo que te vas a reír, 10 minutazos; el resto,unos 50 minutos, es para pedir que salga Chiquito de la Calzada en pelotas; es como (spoiler) cuando el listo de la clase de dice que los reyes son los padres (fin del spoiler), que te pones depresión postparto.
Chistes facilones: ou yeah traduzco canciones del ingles al castellano, que no lo había hecho nadie; vamos a intentar hacer algo del Bárcenas, ¿hemos cantado ya hoy? ¿Sí? Bueno es igual, otra canción para Bárcenas, total, esto ya no hay quien lo salve, mierda de la buena, ya que estamos...; seamos originales, los reyes de lo cool (como mola Don Winslow), pillamos los bailes de Vicentín, de la hora Chanante, y venga, que los enchufamos también; vaaaamos que nos vamos, un mundo viejuno en directo, ahí, a innovar a lo loco; tiramos un poquito de Celebrities, y para acabarlo, bueno, una charla con Enjuto Mojamuto; citando al propio Joaquín ¡no nos olíamos la tostada!
Los primeros diez minutos es lo único decente del monologo. Y digo decente, porque los ha tenido, y bastantes, de mejores, el resto, para rellenar, a lo fácil.
Salimos del cine super contentos y felices de pagar 23 euricos por ver a un tío que puede hacerlo muchísimo mejor, con la sensación de que lo ha hecho deprisa y corriendo porque sabe que va a petar los teatros aunque salga con martes y 13 de teloneros, porque me llamo Joaquín Reyes, lo peto, molo mucho y soy gracioso. Pues no Joaquín, este “espectáculo” no hay por donde pillarlo, parece la fiesta de las rentas. No solo nosotros, las caras de la gente eran de incredulidad; “¿que mierda acabamos de ver? Menuda mierdaca que nos acaba de colar este tío”. La canción del final decía algo así como que moría de éxito; pues mira, es en lo único en lo que estoy de acuerdo de todo lo que vi. Hasta ahora, a la que venia por aquí, perdía el culo por ir a verlo; ahora si eso, nos vemos en internet.


PD: actuaste en la sala Pepe Rubianes, un poco de respeto, cojones.  

Historias inverosímiles: La historia del gitanico con las manos indoloras (que no le duelen)

Empezamos nueva sección, “Historias inverosímiles”… con la historia del gitanico con las manos indoloras. No es que sepa a ciencia cierta que es así (vamos, que me lo voy a inventar todo), pero viendo lo que vi… es la única explicación. Pero no adelantemos los hechos, y vayamos con la historia:
Érase una vez que se era, en un campamento gitano a las afueras de alguna ciudad, una mujer a punto de parir al lado de un charco de diamante derretido…
El campamento era el típico campamento gitano, con sus gitanos, sus caravanas, sus Mercedes y BMW’s con su segurico a todo riesgo, sin ningún atisbo de droga, todo legal.
De repente, entró un perro chillando “ojo, que viene la pulisia”. Jeremías, ya que este iba a ser el nombre del bebé, estaba robando cobre en el vientre de su madre cuando escuchó el aviso; apagó raudo su cigarro, no sin antes cortar el cordón umbilical con el mismo, y salió por patas. Salio tan rápido, que se tropezó con la polla de su padre, que estaba esperando a que Jeremías saliera para volver a entrar él, apoyando sus manos en el charco de diamante derretido, convirtiéndose en el gitanico con las manos indoloras.

Estareis pensando, ¿como se te ha ocurrido mierda de tal magnitud? Pues bien, el otro dia estaba sentando en una terraza, esperando a que empezara el futbol; de repente, se acercó un gitano fumando, con ganas de tomarse una birra. Pues bien, cogió el cigarro, lo descapulló con la otra mano, y aguanto la ceniza encendida en la palma de la mano mientras con la otra se guardaba el piti en el bolsillo de la camisa (que tampoco se quemó). A partir de ahí, la historia viene sola…