Todo el mundo conoce el chiste del pan que habla, pero hoy
no vengo a hablar de ese pan. Hoy vengo a hablar del pan que puedes comprar en
cualquier panadería, supermercado, ultramarinos (que gran palabra,
ultramarinos) de este país; no es otro que… ¡el pan de mierda!
Da igual de donde cojones provenga, si es la panadera de tu
barrio de toda la vida, una panadería carísima, un chino o un amigo paqui que
es capaz de venderte tres barras por una cabra o un camello y de regalo te
viene un cordero, es absolutamente igual, no hay escapatoria. El pan que nos
ofrecen es una puta mierda, con todas las letras. Lo compras por la mañana y
por la tarde parece cemento portland.
Pero podéis estar tranquilos, no habéis perdido el pan, aun
hay otro cambio de estado; durante la noche vendrá el duende del pan de mierda,
y lo dejará mas blando que una polla en reposo. A lo mejor si te haces un
bocadillo a las 4 de la mañana, mientras se esta transformando en chicle, lo
encuentras como recién sacado del horno, vete su a saber. Panaderos, sois un
poco cabrones.