El pan de mierda


Todo el mundo conoce el chiste del pan que habla, pero hoy no vengo a hablar de ese pan. Hoy vengo a hablar del pan que puedes comprar en cualquier panadería, supermercado, ultramarinos (que gran palabra, ultramarinos) de este país; no es otro que… ¡el pan de mierda!
Da igual de donde cojones provenga, si es la panadera de tu barrio de toda la vida, una panadería carísima, un chino o un amigo paqui que es capaz de venderte tres barras por una cabra o un camello y de regalo te viene un cordero, es absolutamente igual, no hay escapatoria. El pan que nos ofrecen es una puta mierda, con todas las letras. Lo compras por la mañana y por la tarde parece cemento portland.
Pero podéis estar tranquilos, no habéis perdido el pan, aun hay otro cambio de estado; durante la noche vendrá el duende del pan de mierda, y lo dejará mas blando que una polla en reposo. A lo mejor si te haces un bocadillo a las 4 de la mañana, mientras se esta transformando en chicle, lo encuentras como recién sacado del horno, vete su a saber. Panaderos, sois un poco cabrones.

¿Eres mas pijoteras bebiendo o comiendo?


El otro día, hablando con un amigo, nos asaltó la duda: ¿con que somos más sibaritas, con la bebida, o con la comida? A todos nos gusta comer y beber bien, claro está, pero, ¿con que podrías bajar más el listón?
En mi caso, lo tengo muy claro, soy mas sibarita de la bebida, que del papeo. 
¿Sería capaz de comerme una hamburguesa de un euro de McDonald’s? Sí, rotundamente sí. ¿Podría beberme un JB con hielo estando en uso de toda mi (vale si, poca) capacidad mental? Ni por asomo, antes, abstemio que JB con hielo. El JB parece que tiene aromas de lejía conejo, te quema el esófago, cuando te entra en el cuerpo, tu cuerpo lo repele, como un trasplante de hígado. Así que rotundamente, soy mucho mas pijoteras para beber, que para comer, aunque a un buen solomillo, nadie le hace ascos, que tontos tampoco somos. Así que ávidos lectores, os lanzo la siguiente pregunta:
¿a vosotros, que pos pone más,una buena bebida, o una buena comida? 

Podéis hacer un montón de chistes con lo de una buena comida, os lo he puesto a huevo.

Pues resulta que los leggins también tienen tallas…


Hace tiempo escribí un post refiriéndome a las tallas de las mallas, ya que parece ser que hay gente que cree que la talla “s” es la “sexy”, no la pequeña. Bien, con este post voy a intentar concienciar a la gente de que, sorpresa sorpresa, los leggins también tienen su hermosa etiqueta indicando el tamaño de la persona que puede caber dentro.
¡Cuidao! No escribo este post para meterme con la gente que lleva leggins, ni si solo pueden llevarlas las chicas delgadas, guapas, para marcar tipito, y que a las gordas les tendrían que regalar ponchos; eso me la bufa, que cada uno se ponga lo que le venga en gana.
Pero por favor, un respeto, ya no a la talla, sino a los demás. Todos sabemos a lo que nos referimos: esos leggins con su tejido diciendo “no puedo mas, Neo-Tokio está a punto de estallar”, esas entrepiernas bien marcadas cual boina doblada, que parecen la boca de un pescao, una pezuña de camello, la oreja de un doberman, y cualquier símil con un coño (¿se puede decir coño en Internet?). Por favor, cuidad esos pequeños detalles, que hay cosas de buena mañana que no apetece ver.

Eres más malo que el telonero de Rammstein


Esa es una frase que se va a empezar a escuchar en todos los patios de colegio de las ciudades por donde actúe Rammstein; viajemos al pasado para investigar sobre su origen…
Este fin de semana hicimos acto de presencia en un concierto del grupo alemán Rammstein. Como telonero había un tío que presuntamente iba a hacer unos remixes de las canciones de susodicho grupo. Puedes pensar que eso va a ser original, hasta que te sientas a escucharlo. Madre del amor hermoso, que tío más malo. Si no eres capaz de hacer que bote un recinto entero de gente predispuesta a hacerlo, es que no vales ni para contar hierva. Si chillas “fuck the dj” para que te contesten, y no te contesta ni el efecto eco del equipo de sonido, quizás deberías pasar de ser "el que toca antes del grupo para caldear el ambiente" a ser “el que vende las camisetas”.
Además, siendo un poco mas profundo, ¿quien lleva de telonero a un DJ que se va a dedicar a poner tus canciones? Rammstein, cabrones, no seáis tan cutres, pillad aunque sea un grupo de la zona, o un yonki con guitarra. Es como si Camela se llevara de gira a Justo Molinero para que vaya pinchando sus cd’s antes de cada concierto (¿aún da conciertos, Camela?).

Pagar por el aire


Pero no por el que respiramos, eso de momento no han tenido huevos a hacerlo. Remontémonos a hace un par de días  Decidí que ya hacía buen tiempo para coger la bici. Al montarme encima, la llanta besó el suelo al instante. Goooordoooo, que estas gordoooo, adelgazaaaaa. Bueno, eso sí, también. Pero al tocar las ruedas, parecían tetas de abuela, aquí falta chicha. Nada, no hay problema, cojo la bici, y la llevo hasta alguna gasolinera cercana, a inflarla. 
Al llegar a la primera, no encuentro rápidamente el surtidor de aire. Al final lo acabo encontrando, en una esquinita. Bien, ole mi polla, se acabó el arrastrar la bici. Me voy acercando, algo no cuadra, tiene raja. Que algo tenga raja no siempre es malo, pero en este caso, es una mierda como una catedral. Llego, y veo las instrucciones, una monedica equivale a 5 minutos de aire. ¡Toma ya! Me ha tocado la gorda! Puedo comprar 5 minutos de aire de mierda para inflar una jodida rueda. 
No soy de desear el mal (bueno, sí), pero ojalá entre alguien fumando y reviente toda la gasolinera, con todo su surtidor de aire a un euro, cabrones. Total, fui a otra gasolinera cercana y allí estaba, el surtidor de toda la vida, con su botón de + y al lado, para tranquilidad de la humanidad, el de -.

El camarero pesaico.


No hace falta ir al zoo para verlo, ni siquiera hay que pagar entrada, no esta en peligro de extinción, aunque por el bien común, no debería ni existir. El camarero pesaico suele aparecer mientras desayunándote un bocadillo, en una comida, en esa cena con tus colegas, tomando unas birras.
Normalmente "hace chas y aparece a tu lado" en un local de moda, uno de esos que siempre esta a reventar, donde no cabe un pelo de coño metido con palanca, y su objetivo es claro, que aligeres (porque se comenta, que si te largan, y entran otros a gastar, el bar en cuestión va a ganar mas dinerito).
No se sabe de donde sale, es como si la mesa tuviera un puto airbag y dentro haya un puto camarero. El momento clave en el que notarás su presencia, su hedor, es cuando te queda ese culillo de tu cerveza, la última patata brava (todos sabéis de que patata brava hablo, esa que se va a llevar un quilo de salsa para ella sola, la mas codiciada de la historia), o estas acabando el primer plato, el segundo, el postre, el café, o el santo coño de la Bernarda. ¿Les traigo la cuenta? No, cabrón, mejor tráenos un periódico donde salga tu esquela.

Il criticone di merda: El Hobbit


(Ojo, tiene más spoilers que una misa).
Después de cambiar las películas porno por la trilogía del señor de los anillos, no puedo describir las ganas con las que esperaba la adaptación del Hobbit al cine. Por fin llegó el día; sala con sonido pata negra, putas debajo de los asientos, gafas 3d, un capazo de palomitas tan grande que no te deja ver la pantalla, era todo perfecto. Bueno, casi todo; lástima de la película, que es una puta mierda. Sales del cine diciendo, bueno, no esta mal. Con el paso de los días, ese “no esta mal” se degrada hasta el estado “puta mierda”, estado en el que me encuentro ahora mismo.
Para empezar, cuesta acostumbrarse al tema de que esta grabada mas rápida, o no se que; escena de enanos Benny Hill. Bueno, es igual, mi ojo hace un esfuerzo, se adapta.
Seguimos con una película que, ejem, no es la fiesta del dinamismo. La sensación que te deja la película se puede resumir en la primera media hora de metraje, sería algo así:
Ey, ha picado un enano a la puerta, pues muy bien. Jaja, que gracia, otro enano en la puerta. Ey, ahí viene otro… Peter Jackson, te estas colando con los enanos, le vas a quemar el timbre a Bilbo. Bueno, ya tenemos a los umpa-loompa sentados en la mesa. Ahora viene la escena, creo que esta es la manera en la que Jackson la adaptó:
-Peter Jackson, ¿A que no hay huevos de hacer una canción de mierda?
Si amigos, una canción, pero una de mierda. Ojo, en los libros cantan, y me parece estupendo, pero es que en la película parece un karaoke japonés, vergüenza ajena de la buena. La sensación que da toda la película es esa, "vamos a alargar un libro que es mas corto que cualquiera de la trilogía de “el señor de los anillos”, a ver si montamos tres películas".
Eso si, la escena de Gollum vs Bilbo es un pajote en toda regla, para que vamos a negarlo, pero por lo demás, te deja mas frío que la comunión de Pingu.

Como mola que cobren por mantener la cuenta.


Estas en Internet, después de visitar tus páginas de cabecera, te armas de valor y dices, bueno, vamos a ver como vamos de panoja en el banco. Vas a su página web, usuario, contraseña, grupo sanguíneo, DNI de tres ramas diferentes de tu árbol genealógico, bla bla bla, y entras, venga, la fiesta del negativo. Whisky, fiesta, comer fuera, todo correcto.
De repente, surge, cual puta en curva de carretera, un gasto que no mola; que se abran las puertas del infierno, el gasto del diablo, ahí lo tienes, el temido “mantenimiento de cuenta”.
Pero, realmente, ¿qué engloba el susodicho mantenimiento de cuenta? ¿Cuando metes la libreta en el cajero le hacen unos mimitos, te quitan los pliegues de las hojas? Y la principal preocupación mundial: ¿te limpian la farlopa cuando metes la tarjeta de crédito? Eso es así, bueno, a medias. La limpian, pero luego se la meten ellos, porque solo alguien enfarlopado hasta el ojete puede decidir cobrar un mantenimiento de cuenta, panda de hijos de puta, dan ganas de tener el dinero debajo de la baldosa.