Las palomas, las ratas del aire.


Menudo animal de mierda, la paloma. Solo hacen que cagar, ensuciar y transmitirte enfermedades que no sabes ni que existen. No hay una mezcla mas mortal que pararte en un semáforo, cable de tensión y paloma encima; de repente, y sin saber que cojones está pasando, uno de tus hombres, si tienes suerte, y no es la cabeza, empezara a pesar más. Si esto te sucede, mira antes de tocar. Seguramente, tendrás una mierda de regalo en el hombro. Al alzar la vista arriba, veras un ojete abierto de paloma. Bueno, esa es la teoría, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo es el ojete de una paloma.

Además, las palomas son unas cabronas listas. ¿Por qué se ponen siempre en la carretera cuando vas a pasar con el coche, y se apartan en el último momento? Está claro, para joderte, es una destrempada, cuando piensas “ya te tengo, zorra, eres mía”, pues te jodes, ni la tienes, ni es tuya.

Así que ya tardan en contratar más halcones con lo que van a quitar del sueldo de los funcionarios, para que se zumben a todas las palomas de las ciudades, que de todo lo que aportan, nada es bueno.


Alicia en el país de los guiones de mierda


Ayer fui a ver Alicia, en 3d, en una pantalla grande cual tetas de silicona, bien preparado, cagado, meado, con un capazo de palomitas, coca-cola, con mi gente (hay que ver que choni que queda decir con mi gente), y todo lo necesario para ir al cine. Lo único que no tuve en cuenta, y que a la postre fue mi gran error fue un elemento sobre el que en un principio no tenía dudas: el truñaco de “guión” de la película. La madre de la guionista Linda Woolverton se lo podría haber pensado antes de dejar que su hija de hiciera guionista. Vaya tela, menuda adaptación para gente inútil. Bueno, inútil, perdón, pobres inútiles. Es una historia para gente inútil y sin ganas de pensar, te lo dan todo mascado de principio a fin. Esta historia facilona y truñera la puede escribir cualquiera, y subrayo, cualquiera (haciendo ctrl.+s en cualquier procesador de textos), mientras hace de vientre. Es mas, si después de hacer de vientre, usas el papel donde estas escribiendo para limpiarte, entonces tendrás el guión de “Alicia en el país de las maravillas”. Ahí revientes, guionista, y que la mierda que tienes dentro manche todas las pareces y no lo podáis limpiar.

Eso si, la estética burtoniana mola mucho, y la reina de corazones se sale (claro, como se zumba al director), y el gatuno también esta muy bien echo. La reina blanca parece C.J (chiste fácil respecto a las cejas que luce el personaje); lastima que la estética sea lo único de toda la película donde se nota la mano del director.

Señor Tim Burton, supongo que le habrán dado un pastizal por “digerir” esta peli, pero alma de cántaro, ojala que te salpique también a ti un poco de la mierda que esparza la guionista y que arregles tu error con una peli de puta madre. Si no le llega el dinero, compre en Mercadona, que es más barato, pero no ponga su nombre a historias de este calibre, que al final le darán por el culo.


Anuncios de mierda: "Soy de la Mútua"


Quizás a nadie le suene ni siquiera el nombre de Mutua Madrileña, pero si me pongo delante vuestro a brincar como un poseso, pegándome un buen bailoteo y canto, a coro “soy, soy, soy, soy”, la cosa cambia, ¿verdad?

Manda cojones el anuncio, pero lo que mas manda cojones es lo pesado que es. Hacer zapping y venga, a bailar. En serio, si lo que intentaban con este anuncio es que me acordara de ellos, pues enhorabuena, lo han conseguido, lo malo es que también podemos incluir en el recordatorio a sus muertos. Ya son ganas de dar la paliza con el anuncio. Yo no soy de la mutua, soy una víctima de vuestro anuncio, y vosotros, a parte de ser de la mutua, sois unos cabronazos.

En la imagen podemos ver al creador de la campaña de publicidad de la susodicha compañia.


Me ha vuelto a tocar un coche por internet.


Hoy, como cada día, dando mi vuelta de rigor por internet, en el 60 % de páginas en las que he entrado, por ser una hora determinada, me ha vuelto a tocar un Audi. Que suertudo que eres jodio, pensareis. Pues no amigos, de afortunado nada. Tengo tantos Audis, Mercedes y demás que ya no se donde metérmelos, porque no me caben ni en el culo. Esta avalancha de premios en forma de coches caros no es mas que un gran complot entre las empresas de seguros a todo riesgo, (a ver quien tiene uno de estos carracos sin asegurarles hasta el ambientador) y las empresas de parkings.

Esto no mola, da asco, no los puedo vender; ¿para que, si todo el mundo ya tiene el suyo? Así que entre parkings y seguros me estoy arruinando. Ahí va mi consejo: si entráis a vuestra página favorita, porno seguramente, y surge un mensaje de “felicidades, te ha tocado un carraco”, cerrad el navegador lo más rápido que podáis y, si os llaman a casa, haceros los longuis.


Gente caradura: los “gorrilla”


Una de las razas con la cara mas dura son los denominados gorrillas. Para el que no lo sepa, un gorrilla es un personaje que se encuentra en los aparcamientos, y normalmente se suelen mover por lugares propensos a que los turistas aparquen.

Si un día estas aparcando en un sitio en el que podrías aparcar un trailer y, por tu retrovisor, ves a alguien con gorra y riñonera haciéndote señas; date por jodido. Cuando salgas del coche le tendrás que dar algo, y no algo como un pañuelo o una ostia con la mano abierta, quieren dinero, ya que así “te van a vigilar el coche”.

Lo que no te dicen los muy putas es que el coche te lo vigilan de ellos mismos; si vas de listo, cuando vuelvas a tu coche, estarás listo. Lo encontraras al lado de tu coche, o lo que quede de el. Tendrás los cristales reventados y el te avisara:

-amigo, como no me has encargao que te lo vigile, pasa lo que pasa.

-si, claro, pasa lo que pasa, por eso tiene usted mi radio en la mano, señor “gorrilla”.


Los tiovivos


tiovivo: dígase de atracción sádica que produce pánico.

Si, eso es, he dicho pánico. Los tiovivos son unas atracciones macabras, llenas de colores, animales simpáticos y demás sitios para montarse. Pero… ¿Qué se esconde detrás del tiovivo? No se puede esconder nada bueno detrás de una atracción donde te hacen ir encima de un caballo empalado. En algún momento tu caballo decidirá que hasta allí has llegado, la rueda empezará a girar cada vez más rápido, y la próxima visión que tendrás será la de la cara de San Pedro. No os dejéis engañar por esa imagen divertida e infantil, ni de la música, ni del sabor del algodón de azúcar; la única misión de los tiovivos es que la muerte no se quede en el paro.