No hace falta ir al zoo para verlo, ni siquiera hay que
pagar entrada, no esta en peligro de extinción, aunque por el bien común, no
debería ni existir. El camarero pesaico suele aparecer mientras desayunándote
un bocadillo, en una comida, en esa cena con tus colegas, tomando unas birras.
Normalmente "hace chas y aparece a tu lado" en un local de moda, uno de esos que siempre esta a
reventar, donde no cabe un pelo de coño metido con palanca, y su objetivo es
claro, que aligeres (porque se comenta, que si te largan, y entran otros a
gastar, el bar en cuestión va a ganar mas dinerito).
No se sabe de donde sale, es como si la mesa tuviera un puto
airbag y dentro haya un puto camarero. El momento clave en el que notarás su
presencia, su hedor, es cuando te queda ese culillo de tu cerveza, la última patata brava
(todos sabéis de que patata brava hablo, esa que se va a llevar un quilo de salsa
para ella sola, la mas codiciada de la historia), o estas acabando el primer
plato, el segundo, el postre, el café, o el santo coño de la Bernarda. ¿Les traigo la
cuenta? No, cabrón, mejor tráenos un periódico donde salga tu esquela.
3 comentarios:
Te mira fijamente cual buitre en el desierto mirando a una gacela moribunda.... cabrones
Cuando me hacen eso, suelo sacarme la picha y golpeo la mesa.
Si realmente haces eso, deberías grabarlo.
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