Estas en Internet, después de visitar tus páginas de
cabecera, te armas de valor y dices, bueno, vamos a ver como vamos de panoja en
el banco. Vas a su página web, usuario, contraseña, grupo sanguíneo, DNI de
tres ramas diferentes de tu árbol genealógico, bla bla bla, y entras, venga, la
fiesta del negativo. Whisky, fiesta, comer fuera, todo correcto.
De repente,
surge, cual puta en curva de carretera, un gasto que no mola; que se abran las
puertas del infierno, el gasto del diablo, ahí lo tienes, el temido “mantenimiento
de cuenta”.
Pero, realmente, ¿qué engloba el susodicho mantenimiento de
cuenta? ¿Cuando metes la libreta en el cajero le hacen unos mimitos, te quitan
los pliegues de las hojas? Y la principal preocupación mundial: ¿te limpian la farlopa
cuando metes la tarjeta de crédito? Eso es así, bueno, a medias. La limpian,
pero luego se la meten ellos, porque solo alguien enfarlopado hasta el ojete
puede decidir cobrar un mantenimiento de cuenta, panda de hijos de puta, dan
ganas de tener el dinero debajo de la baldosa.
2 comentarios:
Que va... que va..., cobrarte por la visa no no no, donde se ha visto
Se ve que lo dan todo a Africa...
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